jueves, 4 de septiembre de 2008

HIPÓCRATES

HIPÓCRATES

Tradicionalmente se considera a Hipócrates de Cos el "padre de la medicina" y se le atribuye la autoría del llamado Juramento hipocrático, de un popular libro sobre Aforismas, de cierto número de los textos que forman el Corpus Hipocraticum, así como el hecho de insistir en la observación como base de la práctica clínica, o sea el método hipocrático. Pero la verdad es que se sabe muy poco del Hipócrates histórico, excepto que vivió en el siglo V a.C., que era originario de Cos, que era un médico reconocido y miembro de los asclepíades, que tomaba alumnos y les enseñaba el arte de la medicina; todo lo demás que se dice de Hipócrates es leyenda. Desde luego, el Juramento hipocrático es un documento de origen pitagórico (véase el Apéndice I). Llos Aforismas son una colección de consejos y observaciones médicas que se han ido acumulando a lo largo de siglos, y el Corpus Hipocraticum es una colección de cerca de 100 libros sobre medicina que se escribieron en forma anónima durante los siglos V y IV a.C., algunos hasta probablemente después. El contenido de estos textos es muy variable, algunos son teóricos y muy generales, otros tratan de distintos aspectos especializados de la práctica médica, otros de cirugía, y otros más son series de casos clínicos breves sin conexión alguna entre sí. Como era de esperarse en una colección tan heterogénea, hay distintas teorías para explicar los mismos fenómenos y numerosas contradicciones, no sólo entre distintos libros sino hasta en un mismo texto. Hasta el siglo pasado se creía que varios de ellos (los más antiguos) habían sido escritos por el propio Hipócrates o sus discípulos directos, pero investigaciones más recientes han demostrado que tal creencia es infundada. Lo que el Corpus Hipocraticum sí representa es un resumen del ejercicio entre los griegos de un tipo de medicina, que puede llamarse racional, a partir del siglo V a.C. y hasta el ocaso del helenismo.

Al mismo tiempo que la medicina racional, en la Grecia clásica persistió la práctica de la medicina primitiva o sobrenatural, ejercida por los iatros especializados en los templos de Asclepíades, y al mismo tiempo otra medicina todavía más primitiva, a cargo de magos y charlatanes itinerantes, demiurgos que iban de ciudad en ciudad anunciando sus pócimas maravillosas y prometiendo toda clase de curaciones y milagros. De hecho, algunos de los libros del Corpus Hipocraticum fueron escritos para combatir a los que practicaban esa forma de medicina, ya que en Grecia no había reglamentación alguna del ejercicio profesional. Tampoco había escuelas de medicina, de modo que si un joven deseaba hacerse médico buscaba a un miembro distinguido de la profesión que lo aceptara como aprendiz; la regla era que fuera admitido a cambio de una remuneración, con lo que el maestro quedaba obligado a impartirle su ciencia y su arte al alumno durante el tiempo que fuera necesario.

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